miércoles, 7 de noviembre de 2007

Haciendo el trabajo sucio al espurio

La resistencia civil pacífica se reunió la tarde del 5 de noviembre frente a Palacio Nacional para manifestarse en contra de la presencia del usurpador. Los ciudadanos que componen la RCP, haciendo uso del derecho que les otorga la Constitución Mexicana, cada vez que el presidente espurio intenta llegar hasta ahí, le manifiestan su repudio y le recuerdan enérgica pero pacíficamente que para él no hay ni habrá perdón ni olvido.






Pero Marcelo Luis Ebrard Casaubón parece haber olvidado eso y algunas cosas más. La noche del lunes cinco de noviembre, elementos del cuerpo de granaderos y del agrupamiento femenil de la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito Federal colaboraron con el gobierno federal usurpador, reprimiendo a golpes y retirando violentamente del lugar a los ciudadanos que se manifestaban pacíficamente. Así de claro, así de fácil de comprender.





¿Qué Marcelo Ebrard no lo sabe? Muy su problema de tener sub alternos que obedecen órdenes diferentes a los que dice el Jefe de Gobierno ser sus intereses. ¿Joel Ortega lee los informes de los operativos? ¿Qué sí lo saben ambos, pero no puede hacer nada por que las órdenes provienen directamente del gobierno federal? Ah, pues entonces que lo digan, porque su silencio los incrimina. Cada nueva acción represiva de las fuerzas que llevan las siglas SSP-GDF contra la resistencia civil pacífica los incrimina. Cada vez que se impide la libre manifestación de los ciudadanos y se les reprime con violencia y el llamado "jefe puma", responsable del operativo del cuerpo de granaderos de la SSP-GDF no hace nada más para impedirlo que decir burlón a la RCP: "tranquilos, tranquilos", también los incrimina. (Ver video "Tranquilo tu chingada madre".)




No existe pretexto, razón ni justificación alguna para haber golpeado a ciudadanos que pacíficamente se manifiestan. Las acciones represivas por parte de la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito Federal han ido en aumento desde el día 2 de septiembre de este año, demostrando o una "doble cara" al colaborar con la presidencia usurpadora o una absoluta y supina falta de preparación para enfrentar casos así.


El día de ayer, José Ángel Ávila Pérez, Secretario de Gobierno del Distrito Federal comentó conciliador que en todo caso, el método de "encapsulamiento" empleado por los granaderos del Gobierno de la Ciudad de México debería tener el propósito de proteger a los miembros de la resistencia civil pacífica de agresiones y provocaciones por parte de los miembros de la Policía Federal Preventiva y del Estado Mayor Presidencial. Además les aseguró a Gerardo Fernández Noroña y a las demás personas que fueron golpeadas y a quienes además se les sustrajo dos teléfonos celulares, que los aparatos les serían devueltos o su costo reembolsado y que las agresiones no se repetirían. Habrá que ver.


Las cosas no suceden casualmente, hay operativos, instrucciones y órdenes que se emiten y se acatan. Indudablemente entre estos rostros están algunos de los responsables de la agresión del lunes pasado, quienes ordenaron o consintieron, a nivel de las fuerzas federales o de la SSP del GDF, un claro acto de represión en contra de miembros de la resistencia civil pacífica en la Ciudad de México, colaborando claramente con la presidencia usurpadora haciéndole impúdicamente el "trabajo sucio" a la PFP y al EMP.





Crónica de Arturo de Molina de la agresión: Sendero del Peje: "EL GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL REPRIMIÓ A LA RCP".

Costo económico creciente por la inundación de Tabasco

México SA
Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mxcfv@prodigy.net.mx

Costo económico creciente por la inundación de Tabasco
Falta de prevención y corruptelas contribuyeron al desastre
Se presume apoyo ante la real penuria


Como era previsible, en unos cuantos días los 2 mil millones de dólares fácilmente se incrementaron a casi 5 mil. Este último monto corresponde a la estimación oficial actualizada del costo económico causado por la inundación en Tabasco (70 por ciento del territorio estatal está bajo el agua), y ambos cálculos provienen del gobierno de la entidad, divulgados con sólo unos días de diferencia.
Pasarán los días y es de suponer que tal estimación se incremente (el nuevo cálculo no incluye, por ejemplo, la evaluación de daños en agricultura, industria e infraestructura escolar y carretera), pero en vía de mientras el gobierno estatal incrementó de 2 mil a 5 mil millones de dólares los mencionados daños, de tal suerte que de ser correcta la segunda cifra alrededor de la mitad del producto interno bruto tabasqueño se lo habría engullido el agua, producto de la inundación, la falta de prevención, los diques mal construidos y las corruptelas entre autoridades y empresas constructoras involucradas.
A pesar del petróleo –que no se incorpora a las cuentas estatales–, el producto interno bruto de Tabasco es uno de los más escuálidos de la República, inmerso en el circuito de menor desarrollo, con tasas de “crecimiento” inferiores a la de por sí raquítica media nacional (1.2 contra 2.2 por ciento, respectivamente). Esta entidad reporta “avances” similares a los registrados por estados como Aguascalientes, Campeche (otro estado con abundante oro negro, pero sin mayor repercusión en sus finanzas) e Hidalgo, lo que implica una situación de permanente supervivencia para sus pobladores con o sin inundaciones, aunque mayormente en esta última circunstancia.
La respuesta federal a la tragedia tabasqueña, ya no se diga la del gobierno estatal, ha sido por demás limitada, pero, eso sí, con muchos videos, fotografías, discursos y uno que otro saquito de arena a medio llenar. Alrededor de la mitad de la población de la entidad sobrevive anegada, carente de lo mal elemental, mientras desde el centro se presumen “apoyos” por 200 millones de pesos (sólo para pequeñas y medianas empresas), que no sirven ni para el arranque.
La ayuda que la sociedad destina a los damnificados fluye, pero la escasez de alimentos es enorme, y los pocos que se encuentran rápidamente han sido reetiquetados en más de 100 por ciento. Y en medio de la tragedia, la nota chusca, en ese mar de humor negro que brota en este tipo de situaciones, la pone la Procuraduría Federal del Consumidor (la Profeco), quien ha hecho un llamado a los tabasqueños “para que eviten compras de pánico y denuncien abusos”.
Paralelamente, se fortalece la campaña mediática de que las donaciones (económicas y en especie) son la respuesta rápida e indicada para hacer frente a la tragedia tabasqueña, pero es obvio que por esta vía, por muy buena voluntad y solidaridad que refleje, no se llegará muy lejos, como se ha demostrado en tragedias similares.
Por lo anterior, la única posibilidad real e inmediata de hacer frente a la tragedia tabasqueña es proceder al rescate (así, sin comillas) del estado y su población, mediante el uso proporcional de esa fortuna acumulada en forma de reservas internacionales en el Banco de México, que supera los 75 mil millones de dólares. Por mantenerlas intocadas, improductivas, del erario salen alrededor de 3 mil millones de dólares anuales. Entonces, úsense los dineros de la nación para ella misma y en beneficio de su gente. Una decisión de este alcance tiene efectos positivos para la República, no así el medio llenar saquitos de arena, con fotografías de ocasión.
Las rebanadas del pastel
De la lectoría, sobre el mismo tema: “sobre las deficiencias del gobierno para resolver un mega problema, como el que se presenta en Tabasco, es necesario subrayar que ni siquiera ha logrado establecer un compromiso sobre el monto de recursos que reclama una solución real. Creo que urge un mínimo de 17 mil millones de pesos, para atender las siguientes necesidades inmediatas: créditos para las 200 mil familias afectadas para que puedan sustituir sus muebles y reparar sus viviendas; recursos para reponer redes de agua, drenaje, electricidad, teléfono, pavimento en calles y carreteras, y alumbrado público; desazolvar ríos y drenaje pluvial; construcción de muros de contención. Esto reactivaría la economía y conllevaría una rápida recuperación. Pero además no muestran capacidad para ponderar el orden de magnitud de esos recursos, respecto de la hacienda pública global: solamente representan el 0.7 por ciento del presupuesto de egresos de la Federación para el año 2008 (a cualquier director de una empresa mediana no le temblaría la mano para autorizar un sobre ejercicio de esa proporción). Son equivalentes a 25 por ciento de los excedentes que recibirá el gobierno por el sobreprecio del barril de la mezcla de petróleo mexicano en este 2007, que casi alcanza 60 dólares. ¿Habrán olvidado que deben gobernar democráticamente a favor del pueblo, y en este momento de crisis se los están reclamando? (José Luis Apodaca Villarreal, japodaca@prodigy.net.mx)... La Biblioteca de las Artes invita a la presentación del libro Bibliografía de la Música en México: ISBN Siglo XX, del doctor Jaime González Quiñones, que tendrá lugar el jueves 8 de noviembre a las 18 horas en el vestíbulo de la misma Biblioteca, del Centro Nacional de las Artes, en Río Churubusco 79 esquina Tlalpan. El autor, quien obtuvo su doctorado en Musicología en The City University of New York, concluye su introducción con un deseo: “que mis benévolos lectores disfruten al hojearlo como yo disfruté al escribirlo” (dudas y comentarios a jaigonqui@att.net.mx).

Gastritis climática

Astillero

Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

Gastritis climática
Una “verdad” cómoda
Suspicacias fundadas
“Errores de CFE y Conagua”


Mueve a razonable suspicacia la premura con que Felipe Calderón quiso instalar como oficialmente obligatoria la tesis de que las desgracias de Villahermosa se debían al “cambio climático”. A menos de 48 horas de la desgracia tabasqueña, el dictaminador de gastritis crónica en el caso de una anciana indígena violada en Zongolica por militares ya estaba instalando una algórica verdad cómoda como explicación de las inundaciones que desde el primer día han estado bajo fundada sospecha de criminal negligencia de comisiones como la Federal de Electricidad y la Nacional del Agua.
El súbito peritaje técnico de Calderón se produjo en respuesta a planteamientos del gobernador Andrés Granier el pasado 2, algunas de cuyas partes serán destacadas en negritas por su significación: a) “le pido ante el pueblo de Tabasco (…) que de una vez por todas se eche a andar ese plan hidráulico que hemos esperado los tabasqueños por tantos años. No obras aisladas, Presidente, no una obra y que se escatime el recurso para terminarla…”; b) “si nosotros hubiésemos tenido esas obras sí hubiese habido daños, pero no la catástrofe que estamos viviendo”; c) “le pido, Presidente, que el manejo de la presa de Peñitas se haga con todo el rigor pero nunca, nunca otra vez, por lo que toque a ese cauce, perjudicando al pueblo de Tabasco”; d) “ese río, señor Presidente, yo se lo dije anteayer con mucho respeto, cuando turbinan sube el cauce del río, lo sabemos de memoria. Presidente, le podrán decir cifras, pero aquí nosotros todos sabemos que cuando turbinan el río sube y cuando dejan de turbinar se desploman todas las obras que los gobiernos federales han hecho con tanto sacrificio”; y, e) “yo le dije que no era la responsabilidad de Peñitas lo que estaba causando esta catástrofe, y se lo reitero, señor Presidente, pero contribuyó enormemente, contribuyó”.
En respuesta, Calderón planteó: a) “sí les puedo asegurar a los tabasqueños: el origen y la causa de esta catástrofe está precisamente en la enorme alteración climática que, se reconozca o no, se ha provocado”; b) “… la lluvia que cayó en tan sólo dos días fue en algunas zonas de Tabasco suficiente para generar una lámina de agua de más de un metro de altura, lo cual explica la crisis que estamos viviendo a este respecto”; c) “… puedo asegurarles que la prioridad que tendrá, no sólo la presa Peñitas sino otras del sistema que confluyen a esta ciudad de Villahermosa, será la seguridad de los ciudadanos, más que la generación, en el caso de la presa Peñitas”; y, d) “en cuanto al plan hidráulico, señor gobernador, yo le puedo asegurar que independientemente de lo que haya ocurrido en el pasado, con gobiernos federales, locales o estatales de cualquier signo, es un tema independiente”.
Mientras Calderón primero exculpa y después virigua, crece la exigencia de que se realice una investigación ajena al oficialismo respecto a lo sucedido en Tabasco (ayer, el ayudante civil de las secretarías de la Defensa y de Marina, Francisco Ramírez Acuña, dijo que no hay oposición a esas indagaciones, pero que en estos momentos lo importante es… bla, bla, bla). A las especulaciones nacionales puede sumarse la opinión autorizada de Salvador Briceño, director de la Estrategia Internacional de Reducción de Desastres de la ONU, quien dijo sin rodeos que la tragedia tabasqueña pudo prevenirse “con medidas relativamente sencillas y baratas”.
De entre las cartas que sobre el tema han llegado al buzón astillado, se reproduce el contenido de una de ellas, escrita por un especialista cuyo nombre se omite: “los ríos que nacen en Chiapas, que desembocan en el Golfo de México, y en los cuales se construyeron varias presas hidroeléctricas y/o reguladoras, requieren siempre de una cantidad de agua o, mejor dicho, un tirante de agua para operar, así que tratan siempre de tenerlas a 70 u 80 por ciento de su capacidad. Desde inicio de los 90, hasta el 98, que es lo que yo recuerdo, el manejo del agua de esas presas se hizo de forma natural; por ejemplo, si tengo 70 por ciento de volumen, y siempre llueve equis cantidad, pues debo desfogar esa equis cantidad de agua antes de que lleguen las lluvias, para así hacerlo en forma paulatina, medida y sin afectar a los pueblos ribereños que están principalmente en Tabasco. Ese año del 98 se hizo la operación hidráulica como siempre, pero las lluvias fallaron y no se recuperó más que 50-60 por ciento de las presas. Fallaron los cálculos y cuando en el 99 se presentaron las primeras lluvias, pues bienvenidas como siempre, y más ahora (99) porque el tirante estaba tan bajo que era posible dejar de producir energía eléctrica en alguna de esas presas. Con las primeras lluvias de ese año recuperaron nivel, pero no siguieron con la mecánica de siempre, desfogar para esperar las lluvias. Creyeron que no volvería a llover y zaz, vienen las lluvias, y las presas al 70-80 por ciento, y ni modo, hay que desfogar pero de urgencia, porque pueden reventar las presas. Y no es lo mismo hacer esa operación en dos meses que en cinco días: millones y millones de metros cúbicos en tan sólo unas horas. Recordarás la inundación del 99. Pues así fue entonces y así fue ahora en 2007. Errores humanos, de CFE y Conagua, que ambos son los dueños y operadores de las presas. Fueron tan comentadas esas fallas que durante años se publicaba diariamente en los periódicos de Villahermosa el nivel de agua de las presas de Chiapas. Claro que hay culpables, y son del gobierno federal.”
Y, para cerrar: el jefe del partido de la derecha española, Mariano Rajoy, se ha metido en un lío porque descalificó el tema del “cambio climático” a partir de los comentarios que le habría hecho un primo especializado en física, en el sentido de que, “tras reunir a los diez mejores científicos del mundo, ninguno había sido capaz de decir el tiempo que iba a hacer en Sevilla” al siguiente día, así es que “¿cómo alguien es capaz de predecir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?”. ¡Ah, la ciencia y la derecha: uno postulando la gastritis climática en Tabasco, otro refutando a Al Gore a partir de un primo! ¡Hasta mañana!

La Jornada 07 de noviembre del 2007

Represión en Oaxaca

Desalojo, redada y detenciones contra manifestantes en Oaxaca.

A un año del intento de la Policía Federal Preventiva (PFP) de desalojar las barricadas de 5 señores y Soriana. El día de hoy, 2 de noviembre de 2007, diversas personas se reunieron en el crucero de 5 señores para colocar unos tapetes de día de muertos y altares a nuestros más de 23 asesinados por los gobiernos estatales y federales durante el movimiento oaxaqueño.

A las 6:30 am aproximadamente se colocó la arena para realizar los tapetes y se bloqueó parte del crucero de 5 señores. Para esas horas la policía estatal ya se encontraba rondando el lugar en motos. Aproximadamente a las 7:30 llegaron al lugar varias camionetas de la policía estatal con policías a bordo y camiones bunkers repletos de policía estatal, en total eran aproximadamente 100 policías, todos se encontraban armados y apuntando contra la población que se encontraba en el crucero, rodearon el lugar y comenzaron a seguir a quienes corrían y a detener a las personas.

Para estas horas sabemos de aproximadamente 15 compañeros y compañeras detenidas que fueron trasladados a las instalaciones de la Secretaría de Protección Ciudadana (CEPROCI) y a la Procuraduría de Justicia que se encuentra en la colonia Experimental, a las orillas de la ciudad.

RESPONSABILIZAMOS DE LA INTEGRIDAD FÍSICA Y EMOCIONAL DE TOD@S NUESTR@S COMPAÑER@S DETENID@S AL SECRETARIO DE SEGURIDAD PÚBLICA SERGIO SEGRESTES RÍOS (ANTIGUO PRESIDENTE DE LA COMISIÓN ESTATAL DE DERECHOS HUMANOS EN OAXACA)

!DEMANDAMOS LA LIBERTAD INMEDIATA A TOD@S LOS COMPAÑER@S DETENID@S!
!Basta ya de represión!

Kolectivo Todxs Somos Presxs

 

Represión contra la Otra Campaña en Yucatán

Detienen en Yucatán al compañero Rodolfo Macossay.

El día sábado 3 de noviembre del presente año, fue detenido el abogado Rodolfo Macossay Cuevas, activista y defensor de los derechos humanos, adherente de la Otra Campaña en Yucatán. Hace apenas una semana, Rodolfo Macossay comenzó a asesorar jurídicamente a los miembros de la Cooperativa Taxímetros de Yucatán, quienes también fueron detenidos en el operativo realizado, en el local social del gremio de Radiotaxímetros, por aproximadamente cien elementos de la policía estatal.

Relato de los hechos

El día sábado 3 de noviembre alrededor del medio día, integrantes de la Cooperativa Taxímetros de Yucatán (quienes son mayoría dentro del gremio de Radiotaxímetros), junto con el notario público Carlos Gamboa y el abogado defensor Rodolfo Macossay, fueron autorizados mediante orden judicial de tomar posesión del local social de Radiotaxímetros que se mantenía ocupado por socios taxistas simpatizantes del líder oficial del gremio Guillermo del Río Leal, quien ha sido acusado por los propios taxistas de corrupción. Incluso, a los integrantes de esta cooperativa se les autorizó el acompañamiento de 10 elementos de la Secretaría de Protección y Vialidad para "asegurar" la ocupación del local, pues, a pesar de ser mayoría no podían tomar posesión del local debido a la resistencia de los simpatizantes del líder oficial del gremio.

Al llegar al local se encontraron con aproximadamente 20 taxistas simpatizantes de Guillermo del Río Leal quienes se resistieron a desalojar la oficina principal y comenzaron a forcejear con algunos miembros de la cooperativa lanzando disparos al aire. Los diez policías que acompañaban a los integrantes de la cooperativa lograron someter y detener a algunos de estos taxistas que dispararon y detuvieron a dos ellos. Por un breve momento, los integrantes de la cooperativa ocuparon el local, pero, en cuestión de minutos, comenzaron a llegar antimotines de la policía estatal quienes, sin dar explicación alguna ni mostrar ninguna orden judicial, comenzaron a detener a los integrantes de la cooperativa, al abogado Rodolfo Macossay y al notario público Carlos Gamboa. Detuvieron a 52 personas.

No hubo resistencia al arresto y los detenidos fueron trasladados a la Secretaría de Protección y Vialidad, donde fue golpeado Rodolfo Macossay, y liberado sin cargos el notario público Carlos Gamboa.

A las diez de la noche del mismo sábado 3 de noviembre los detenidos fueron consignados al Ministerio Público.

Hoy domingo 4 de noviembre después de las tres de la tarde comenzaron a "liberar", bajo caución, a algunos de los taxistas de la cooperativa, con una fianza de $5,000 pesos. Los agente del Ministerio Público dicen que a nuestro compañero Rodolfo Macossay también le fijarán una caución, pero de $10,000 pesos, y le darán libertad condicional junto con todos los demás detenidos.

 

 

Fragilidad

La letra de una canción de Sting, que nos recuerda la razon por la cual la Resistencia Civil que mantenemos en contra del gobierno federal usurpador, debe seguir siendo pacífica. Les agrego la liga de un video de esta canción.
El gobierno federal espurio tiene al Ejército y las armas
Nosotros, la RCP, tenemos la razon y la inteligencia



Fragilidad
(Sting)

Mañana ya, la sangre no estará
Al caer la lluvia se la llevará
Acero y piel, combinación tan cruel
Pero algo en nuestras mentes quedará.
Un acto así terminará
Con una vida, y nada más
Nada se logra con violencia
Ni se logrará.
Aquellos que han nacido
En un mundo así
No olviden su fragilidad.
Lloras tú y lloro yo,
Y el cielo también.
Lloras tú y lloro yo,
Qué fragilidad.

Obras inconclusas causaron las tragedias


miércoles, 07 de noviembre de 2007

Comisión Nacional del Agua y el ex gobernador Manuel Andrade acordaron en el 2003 un Proyecto Integral Contra Inundaciones en Tabasco, que debió concluir el año pasado / Partida extra para reconstrucción; legisladores

MEXICO, D.F., 6 de noviembre (UNIVERSAL/LA JORNADA).-

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el gobernador Mauel Andrade acordaron en el 2003 un Proyecto Integral Contra Inundaciones (PICI) en Tabasco, el cual debió concluir en el 2006, con una inversión de 2 mil 60 millones de pesos. Sin embargo, las obras quedaron inconclusas, motivo por el cual las afectaciones en Tabasco y Chiapas se incrementaron, luego de las recientes lluvias y la saturación en las presas.En dicho proyecto se detallaba la inversión que harían el gobierno federal (un 70%) y el gobierno estatal (un 30%), sumando en total 2 mil 60 millones de pesos, pero hasta la fecha sólo se gastaron mil 500 millones. Dicho acuerdo fue firmado por Cristóbal Jaime Jáquez, director de Conagua durante el sexenio del presidente Vicente Fox y Manuel Andrade, entonces gobernador de Tabasco.
Adicionalmente a esto, la Secretaría de Finanzas del Gobierno de Tabasco reveló que de los 4 mil 258 millones de pesos que por concepto de excedentes petroleros recibió la Entidad entre los años del 2003 y al 2006, el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Tabasco ejerció 855 millones 800 mil pesos, mientras la Subsecretaría de Desarrollo Urbano, Obras Públicas y Vivienda gastó mil 920 millones de pesos.Asimismo, las fallas en los sistemas de pronóstico, los de alerta temprana y la mala planeación, la corrupción y la deficiente política de desarrollo, así como el abandono de la infraestructura hidráulica, fue lo que llevó a Tabasco al desastre actual, afirmaron expertos, quienes rechazaron que el cambio climático ocasionara el problema.Carlos Gay director del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que estos aspectos motivaron el llamado de atención de la ONU.“Lo que pasó es producto de la construcción del riesgo: es una zona baja, donde se debió controlar el desarrollo humano, hubo poca planeación; y en condiciones de cambio climático se va a inundar más. Se parece a lo que esperaríamos en términos de un clima con un ciclo hidrológico más intenso”.Mientras, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó un punto de acuerdo de la Junta de Coordinación Política, para que en el Presupuesto de Egresos de 2008 se destinen recursos para un fondo de reconstrucción, asimismo se pronunció por la expedición de una ley en la materia y la conformación de una Comisión, no legislativa, que supervise los trabajos de restauración y dé seguimiento a la correcta aplicación de los recursos del citado fondo.

PorEsto 07 de noviembre del 2007
Sendero del Peje

Tabasco: un microcosmos que pudo evitarse

Nota mia:
Creo que es hora de comenzar a exigirle a Luege Tamargo que dé la cara y nos explique las razones por las cuales la citada Presa Peñitas tenía un aforo tan elevado. Este señor, más preocupado por buscarle problemas a la Ciudad de México y a Marcelo Ebrard al querer subir el precio del agua que se consume en la Capital del país, se olvidó de hacer su trabajo y ahora ante la desgracia, se le ve pasmado. Tenemos que hacerle una visita, como Resistencia, para que nos aclare porque pasó la inundación, ya que él junto con su jefel el Espurio Calderón, estaban más preocupados por una inminente inundación en la Ciudad de México y olvidaron que los problemas de este tipo se presentan siempre en las costas y en el Sureste (en el 2005 sucedió en Chiapas).
Dice Carlos Monsivaís en uno de sus libros: "Si la naturaleza contradice a Stalin, la naturaleza está equivocada", ahora el Pelele nos quiere enjaretar que todo se debe al cambio climático, jajajajajaja. Hace años en un comercial para concientizar sobre el uso del agua se decía, "El cielo (bueno, en realidad decían dios, pero me pueden reclamar que esta es una página laica) da el agua, pero no la entuba", así que el problema puede deberse al cambio climático, pero las autoridades, no importa si son usurpadoras y espurias, deben canalizar recursos para evitar estas tragedias, porque ellos manejan los presupuestos necesarios para evitar estos siniestros.

Tabasco: un microcosmos que pudo evitarse

Luis Linares Zapata

Tabasco y su repetida tragedia no puede menos que convertirse en un microcosmos de lo que, en lo general, sucede con la casa común de los mexicanos. En el fondo de estos infelices acontecimientos está el largo (ciertamente inmerecido) periodo durante el cual se ha venido aplicando un depredador modelo de gobierno. Los resultados que tal modelo ha provocado están a la vista: salvaje uso de los recursos naturales, innumerables oportunidades desperdiciadas, urgencias abrumadoras e improvisación cotidiana en el actuar de la administración pública, privatizaciones a precio de regalo y graciosas transferencias de empresas a los extranjeros, corrupción creciente y complicidades perversas en las altas esferas decisorias.
Faltan otras muchas características ya bien definidas durante los largos años en que ha sido el horizonte productivo y político, pero con el listado que se adelantó es suficiente para invocar la urgencia de su recambio. Culpar al cambio climático de los sucesos (¿naturales?) no es más que una prueba fehaciente de la actitud timorata de Calderón, presidente del oficialismo más atrincherado, para desviar responsabilidades y diluir la posibilidad de enfrentar la cruenta realidad imperante. Lo más probable, y a pesar de las gravísimas consecuencias derivadas, es que ante la tragedia muy poco sea lo que se ponga bajo severo escrutinio y se finquen las responsabilidades debidas. Todavía más escasas, por consiguiente, serán las revisiones a fondo que pondrían en evidencia el modelo vigente. Lo más seguro es que, por el contrario, se tenga que convivir, al menos por un determinado tiempo adicional, con la tenaz e interesada voluntad cupular de su continuación a ultranza.
Las inundaciones de Tabasco pudieron ser evitadas. La misma ONU lo afirma sin necesidad de recurrir al también válido expediente de los programas hidráulicos que debieron emprenderse y concluirse desde hace años, décadas quizá. Ya en 1999, fecha de la precedente inundación tabasqueña, se determinó (Ernesto Zedillo) iniciar un programa para tal efecto. La intentona, sin embargo, se desvaneció entre los vericuetos de la burocracia y la ineptitud de los gobernadores de Tabasco. Las inversiones requeridas, y que con seguridad tendrían que ser masivas, hubieran hecho manejables las intensas lluvias del último mes de octubre e impedido esta enorme catástrofe. Pero sin llegar a tal extremo de análisis, al menos por ahora, la información disponible era suficiente para coordinar acciones precautorias efectivas. De haber sido el caso, otra historia se contaría ahora.
La simple lectura de la información publicada por la Comisión Nacional del Agua (8 y 15 de octubre) debió conducir a los responsables a emitir alertas a la población tabasqueña, cosa que por cierto hizo el gobierno local, pero sin la suficiente anticipación y con energía disimulada en ruegos. Lo cierto es que, escarbando en informes oficiales sobre el manejo de las presas del Grijalva, salta a la vista de un juicio común y corriente que en el caso de la Peñitas no se actuó acorde con lo que las estadísticas disponibles dibujaban con claridad: el incremento, cada tres años, de lluvias y escurrimientos anormales en octubre. Por razones todavía oscuras, la citada presa estaba llena a casi la total capacidad (96 por ciento) y, por tanto, no pudo resistir las avenidas adicionales. Las otras tres grandes presas, en cambio, tenían sobradas capacidades para retener adicionales lluvias (11 veces la capacidad de Peñitas), aun las más cuantiosas.
El entramado ejecutivo, tanto a nivel federal como local, no actúa en el medio mexicano de acuerdo con una previsora planeación de largo plazo. Las tareas de gran envergadura se transmutan, mucho debido a la mediocridad de los tomadores de decisión y sus mañosas maniobras, en utopías y buenas intenciones de poco realismo. Sueños, dicen con sorna de gente seria y enterada, que no son prudentes llevarlos a cabo en sus magnitudes indispensables. A las grandes obras se les rebaja hasta convertirlas en pequeñas, circunstanciales aventuras constructivas que sólo palían algunas aristas intolerables de las ingentes necesidades colectivas. El impulso hacia la grandeza ha estado ausente en el espíritu de la clase dirigente del México actual.
La urgencia, en cambio, domina por completo un quehacer público que se empequeñece ante los retos entrevistos. A ello se añade la intrincada red de complicidades para terminar en conjuntos de obras inocuas y la posposición, para tiempos mejores que nunca llegan, lo que fue planteado como parte sustantiva de un mundo mejor. El mismo cambio brusco de un gobierno federal priísta a otro panista afectó la continuidad de los trabajos iniciados y todo quedó en una nebulosa que resultó funesta para los tabasqueños afectados de manera directa y, después, para el resto de los mexicanos.
No cabe duda que la inepta administración de los gerentes, que Fox llevó al gobierno, pasaron de largo y de noche ante los inminentes peligros que el modelo neoliberal ha ido sembrando por toda la República. Los planes hidráulicos pasaron a engrosar el listado de los pendientes siempre postergables. Se antepusieron otras pasiones más cercanas a sus intereses y cortas visiones. Los enormes recursos de que dispusieron (petroleros por ejemplo) se canalizaron a trampear las elecciones, a engrosar privilegios de altos funcionarios y contratistas, a obras de relumbrón o cubrir pagarés indebidos del Fobaproa (hoy IPAB). En especial se dedicaron a financiar la penetración de las empresas extranjeras en muchos de los campos que debían reservarse a los mexicanos. Garantizar la soberanía alimentaria, la independencia tecnológica o la capacidad para diseñar el propio desarrollo industrial no cabe en el léxico de las elites nacionales.
No habrá consecuencias administrativas y menos aún penales para los que fallaron en sus cometidos, fueron omisos o francamente criminales. El tinglado decisorio del país está entrampado, atascado y las coberturas mutuas son la constante. De empezar a explorar las causas del desastre se tendría que poner en el paredón de la crítica al modelo depredador vigente.
Calderón no tiene el mínimo control de los sucesos que se le apilan con el paso de los días. El paso de las semanas y los meses harán el trabajo sucio y todo quedará en el aparente olvido hasta que otra tragedia sobrevenga o hasta que un quiebre social se torne incontrolable.

La Jornada 07 de noviembre del 2007

Tabasco: Inventario de daños

Alejandro Nadal

El primero de noviembre de 1755 un violento terremoto destruyó la mayor parte de Lisboa. Murieron unas 60 mil personas por el colapso de casas y edificios, el tsunami que siguió al sismo y los voraces incendios que acabaron con lo que quedaba de la ciudad.
La catástrofe estremeció la conciencia de la Ilustración europea y provocó un debate apasionado entre Voltaire y Rousseau. En “Poema sobre el desastre de Lisboa” y en su Candide, Voltaire arremetió contra las ideas de la Iglesia sobre la bondad infinita de la voluntad de Dios: ¿cómo podría permitir semejante desolación un Dios, por más alejado que estuviera de la administración detallada de los asuntos terrenos? Rousseau, por su parte, argumentó que la catástrofe era más bien el resultado de decisiones humanas. En una carta le explica: “Si los residentes de esa gran ciudad hubieran estado mejor distribuidos y la densidad de las construcciones hubiera sido menor, las pérdidas humanas hubieran sido insignificantes”.
Rousseau estaba adelantándose al concepto de vulnerabilidad. Pero esa palabra puede resultar engañosa. Se sabe, por ejemplo, que la pobreza aumenta la vulnerabilidad, pero la negligencia juega frecuentemente un papel más importante. Los ejemplos se multiplican y la catástrofe de Tabasco es quizás el arquetipo de desastre que tiene escritas las palabras negligencia y corrupción por todos lados. Negligencia y corrupción de gobernadores, elite adinerada, legislaturas locales, y hasta la clase política en el centro del país que comparte décadas de descuido frente a los problemas nacionales.
¿Qué diría Rousseau si pudiera ver que en 1999 se produjo un ensayo general de esta catástrofe y que los responsables prefirieron no hacer nada? Hubiera pasado de la vulnerabilidad a la negligencia rápidamente, ya que las probabilidades de que estas inundaciones alcanzaran la dimensión actual eran significativas y todos lo sabían. Pero el riesgo y el peligro nunca fueron integrados en los planes de inversiones sobre manejo de sistemas hidráulicos, localización de asentamientos humanos, actividades productivas u obras de infraestructura. Ahora el inventario de costos económicos da una idea de la insignificancia del gobierno para enfrentar la emergencia.
Según las cuentas del gobierno de Tabasco, el costo de las inundaciones es de alrededor de 2 mil millones de dólares. Quién sabe qué criterios utiliza el gobierno de Tabasco para realizar este cálculo, pero al mismo tiempo el gobernador de la entidad, Andrés Granier, afirma que esta catástrofe es peor que la provocada por el huracán Katrina en Nueva Orleáns en agosto de 2005.
Ya que el gobernador invita a utilizar el desastre de Katrina como referencia, es interesante examinar con detenimiento los costos de aquel suceso. Para esa tragedia, la administración de Bush ha solicitado al Congreso 10 mil 500 millones de dólares, lo que ha convertido al desastre de Nueva Orleáns en la catástrofe más costosa en la historia de Estados Unidos. Y esa cantidad sólo incluye costos de limpieza y reconstrucción de infraestructura; no abarca los gastos por la suspensión temporal de exportaciones de granos y otros productos básicos a raíz de la destrucción de instalaciones portuarias, ni el costo cubierto por los habitantes de la ciudad para reparar sus casas o el de los empleos perdidos.
Entonces es extraño que Granier afirme que Tabasco es “peor que Nueva Orleáns”, cuando el costo de Katrina es 10 veces superior a lo que estima el mandatario estatal. Definitivamente, los gobernantes no saben de qué hablan.
Frente a la tragedia humana, interrogarse sobre los costos económicos parece odioso. Pero la pregunta es importante porque se relaciona con la mitigación de daños y la rehabilitación. Y el costo en Tabasco se anuncia colosal si se toman en cuenta los siguientes rubros: destrucción en obras de infraestructura (red carretera, puentes, líneas de ferrocarril, red de alcantarillado y manejo hidráulico, líneas de energía, etcétera), pozos y oleoductos, lo que se deja de producir y exportar, la destrucción de capital en empresas y en el campo, empleos perdidos, escuelas, hospitales y sanatorios severamente dañados, así como la destrucción de viviendas. El fondo de 200 millones de pesos anunciado por Felipe Calderón y las estimaciones del gobierno local son irrisorios frente a las dimensiones del desastre.
Para rematar, el gobierno federal anunció una amnistía fiscal para Tabasco. Dicha “amnistía” parece limitarse al pago del impuesto al valor agregado y a una parte de las deudas de los tabasqueños con la Comisión Federal de Electricidad. Hubiera sido mejor aplicar el régimen de cero impuestos que se asigna a las ganancias en la Bolsa de Valores.
Pero además de insuficiente, lo más revelador es el lapsus involuntario: una amnistía es el olvido de un delito político. Quizás para el gobierno federal los causantes son algo equiparable a un delincuente político que debe purgar una pena pagando impuestos. Hay algo de cierto en esta fórmula y Tabasco es la prueba. Pero el único delito de la ciudadanía es haber soportado ser rehén de gobiernos corruptos tanto tiempo.

La Jornada 07 de noviembre del 2007

Ciudad Perdida: Conflicto en puerta por una tarjeta


Miguel Ángel Velázquez ciudadperdida_2000@yahoo.com.mxciudadangel@hotmail.com

Conflicto en puerta por una tarjeta
Reconocimiento que se desvanece
Mezquindad con ropaje legislativo


¿Qué pasa con la ayuda que el Gobierno del Distrito Federal proporciona a los adultos mayores? Sin duda, algo que debe tener un arreglo inmediato, porque las quejas sobre el condicionamiento al cambio de la tarjeta que identifica al beneficiario, van en aumento.
El gobierno central puso en marcha un programa para cambiar la tarjeta con la que los ancianos se hacen acreedores a los beneficios que se idearon para recomponer el estado social de los mayores de 70 años, y que según Andrés Manuel López Obrador, no es más que la devolución, el reconocimiento que hace el Estado a quienes durante muchos años, y en muchos frentes, cooperaron con parte de su salario, vía impuestos, o cualquier otro tipo de actividad, para lograr una sociedad menos dañada.
En otras palabras, lo que se hizo fue devolver a los ancianos su ciudadanía. Y es que en el esquema neoliberal, lo primero que se pierde es exactamente eso: la ciudadanía. Porque se pague lo que se pague en impuestos, los gobiernos, por ejemplo el federal, arranca a la gente los beneficios que por esos gravámenes debería obtener.
Nos referimos, por citar alguno, a los servicios de salud. Como ya es sabido, el gobierno federal, desde hace ya más de dos décadas, ha ido restando recursos a la asistencia social de la que gozaban los ciudadanos de todo el país. En los hospitales, casi todos los médicos se dedican a transferir a los pacientes con recursos a sus consultorios privados, con el argumento de que en los del gobierno les es imposible atenderlos.
Los medicamentos se han esfumado de los anaqueles de los nosocomios y se obliga al enfermo o sus familiares a pagar los altos precios que fijan las farmacias privadas. En fin, el negocio de la medicina privada ha florecido inconmensurablemente con los regímenes de derecha que han gobernado al país, y la población ha empobrecido, aún más, al pagar esos servicios que debería otorgar el Estado a sus ciudadanos.
¿Y entonces? Ya no hay buenos servicios médicos, la educación gratuita y laica es ya casi parte de la historia, pero los colegios privados elevan su cuotas frente a la ineficacia gubernamental; el derecho al trabajo es prácticamente inalcanzable, y aquel por el cual se debería dotar de vivienda digna a los ciudadanos, es un muro donde se estrellan día con día miles de sueños de quienes aún creen que se vive en un régimen justo.
Por eso, cuando surgió el apoyo para los adultos mayores, se levantó la protesta, no siempre explícita, de quienes suponían que los dineros del gobierno sólo se podían utilizar para grandes apoyos a los que habían logrado la cúspide en los negocios.
Si así se hubiera hecho en la capital, desde luego que no hubieran alcanzado los recursos para sostener los programas de ayuda a los necesitados que se han enderezado en el DF. Madres solteras, estudiantes sin empleo, hombres y mujeres expulsados de la oficina o la fábrica –por la necesidad del patrón de acumular más recursos– obtienen las ayudas a las que se siente obligado el gobierno de la ciudad, y que en muchos otros estados de la República han tenido que se copiados.
Por eso, cuando se habla de que hay problemas con la tarjeta para los ancianos, la tarea del gobierno de Marcelo Ebrard debería ser atacar, con toda la fuerza de que dispone, a quienes tratan de envilecer el acto de justicia que se inició en el gobierno central pasado, a menos de que se esté buscando acabar con el beneficio, o peor, que se le trate de utilizar como forma de control para fines políticos, y esa estrategia provenga de las oficinas del jefe de Gobierno. Está en manos del propio Ebrard impedir la injusticia. Que así sea.
De pasadita
Le contábamos a usted en la entrega pasada que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se ha convertido en un órgano de oposición al gobierno de la ciudad, pese a que la mayoría de sus miembros pertenece al partido en el poder, es decir, al PRD.
Ahora hay quien quiere enjuiciar a Marcelo Ebrard porque la ayuda que ha mandado a Tabasco le parece mero protagonismo, y eso sí parece de dementes. Si alguna ciudad, si algún gobierno tendría que ser solidario con Tabasco, ese es el del Distrito Federal, que sufrió en carne propia un infortunio del tamaño de lo que ahora sucede en la entidad del sureste mexicano, y una muestra de ello son los miles de ciudadanos de la capital que acuden a los centros para el apoyo a los tabasqueños.
Pobres de quienes ensombrecen su labor con ataques mezquinos que sólo hablan de su pobreza de espíritu. Por cierto, esos que tanto protestan ya supieron cuánto gasta Felipe Calderón en tratar, sin fortuna, de componer su imagen. ¡Aguas, señores! ¡Aguas!

La Jornada 7 de noviembre del 2007

Tabasco y Chiapas, dos desgracias que se pudieron prevenir (3)

Desgajamiento en Chiapas · El Fisgón

Tabasco y Chiapas, dos desgracias que se pudieron prevenir (2)

Rapiña · Helguera

Tabasco y Chiapas, dos desgracias que se pudieron prevenir (1)

Recetas para el desastre · Rocha


Historias de Chuchos: PRD-López Obrador: La ruptura

Alvaro DelgadoMéxico, D.F., 29 de octubre (apro).-

Es sólo cuestión de tiempo, semanas o quizá meses, pero la facción dominante en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Nueva Izquierda, podrá proclamar que ya nada tiene que ver con Andrés Manuel López Obrador, el dirigente y candidato que más votos ha dado a la izquierda en toda su historia. Origen es destino: Nueva Izquierda --que comandan Jesús Ortega y Jesús Zambrano, alias los "Chuchos"-- es el viejo Partido Socialista de los Trabajadores (PST) que desde su fundación, bajo el patrocinio de Luis Echeverría, fue comparsa del régimen, un patiño del PRI, como lo fueron, también, los partidos Popular Socialista (PPS) y el Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM). Rafael Aguilar Talamantes, el fundador del PST, "se convirtió al paso del tiempo en sinónimo de transacción política inescrupulosa, de opositor al gusto de los gobernantes, de dirigente dispuesto --a precio fijo-- al trabajo sucio", según la descripción que hizo el periodista Oscar Hinojosa en entrevista con ese personaje, publicada en Proceso, en agosto de 1988, cuando reconoció patrocinios oficiales para existir como partido. "Echeverría dio instrucciones a Víctor Bravo Ahuja, secretario de Educación Pública, para que nos proporcionara 30,000 pesos mensuales. Con esa cantidad, más un auxilio financiero que logramos con Fausto Cantú Peña (director entonces de Inmecafé, preso posteriormente bajo cargos de peculado), el PST pudo sostener su actividad durante un largo periodo." Aguilar Talamantes, quien como dirigente del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN), traicionaría a Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, reveló también en la entrevista con Hinojosa apoyos, aunque no monetarios, de José López Portillo: "Nunca recibimos directamente de Echeverría ningún tipo de ayuda económica o material. Tampoco a través de Mario Moya Palencia, secretario de Gobernación, recibimos apoyo económico. Echeverría dispuso que la ayuda se proporcionara a través de la SEP, porque nos consideraba muchachos de corte estudiantil organizando un partido político. Tampoco recibimos ayuda material de JLP. A él le debemos haber sido leal y haber cumplido su palabra de que la reforma política que le propusimos la echaría a caminar." Por eso no hay que extrañarse: Aguilar Talamantes es el mentor de los "Chuchos", los creadores de Nueva Izquierda, la corriente perredista que, paulatina pero consistentemente, fue escalando posiciones hasta tomar el control del aparato burocrático partidista y, casi como El Yunque en el PAN, secuestrar dirigencias y candidaturas en todos los estados. Y así como El Yunque, también a Nueva Izquierda no le importa tanto ganar las contiendas constitucionales, sino sólo copar las plurinominales para usufructuar el poder mediante cochupos y transas, entre ellas legitimar ahora, por ejemplo, a Felipe Calderón. La historia de los "Chuchos" no es, por ello, exitosa ante la base perredista, menos ante la ciudadanía: han hecho siempre victorias de todas sus derrotas. El caso más claro es el de Jesús Ortega: cuantas veces ha aspirado a presidir el PRD, como ahora ante Alejandro Encinas, ha sino derrotado, aunque ha obtenido siempre ganancias que los votos no le han dado. Los "Chuchos" saben desde hace tiempo que el control de la estructura del PRD, en prácticamente todo el país, no garantiza en automático el triunfo de Ortega, y decidieron no ser ellos los que rompan con sus adversarios internos, los identificados con López Obrador, sino que sean éstos los que decidan --en una acción extrema-- dejarles la franquicia, que es la que les importa para su usufructo de facción. Por eso la línea de comportamiento de los operadores "Chuchos" --cuyo cerebro no es Ortega, sino Zambrano-- es clara en el Congreso: más que hacer efectiva la fuerza constitucional que el electorado les dio por la fuerza de López Obrador, traducida por ejemplo en iniciativas que hagan distinto y distinguible el proyecto de izquierda con el de la derecha, han actuado como cabús del PRI y recipiendarios de las migajas de Calderón. Si ante la toma de posesión de Calderón sólo procedieron a un hipócrita montaje, porque sabían que no hacer nada era exhibirse de antemano, pronto procedieron a lo que saben hacer: reuniones, a hurtadillas, con funcionarios federales, abyección inclusive hasta en la censura a una de las suyas, Ruth Zavaleta, quien hasta se toma de la mano de Margarita Zavala. Ahora, a la hipócrita manera del gobierno federal ante la detención del líder oaxaqueño Flavio Sosa --presentado casi como el exterminador de la civilización occidental--, los Chuchos usan la estridencia deleznable de Gerardo Fernández Noroña para abonar a su plan de quedarse con la franquicia perredista y, a tono con los jilgueros de la derecha, negociar un acuerdo con Calderón. Por eso el operador de los Chuchos en el Senado, Carlos Navarrete, habla ya de establecer un "pacto político y social" con Calderón, y hasta ofreció "la disponibilidad del PRD" para discutirlo, en un alarde de patrimonialismo semejante al de Víctor Hugo Círigo --esposo de Zavaleta, ambos Chuchos-- en la Asamblea Legislativa, cuando advierte que será ésta la que "diseñe" el presupuesto del gobierno local, "pésele a quien le pese". Cuauhtémoc Cárdenas se ha inscrito en la misma línea, no sólo de alianza con los Chuchos --quienes oportunistamente llegaron a proponer su jubilación y de lo que ahora él es amnésico--, sino de validar la adulteración de la voluntad popular que él mismo alegó en 1988 y que ahora sólo acredita que se trató de un engaño a quienes por él votaron sin saber que pactaba, a escondidas, con Carlos Salinas. Así, la vía de colisión está clara: los Chuchos, que han resucitado por conveniencias mutuas a Cárdenas, han emplazado a la ruptura a López Obrador --quien como presidente del PRD desplazó al PAN como segunda fuerza electoral, en 1997, y el año pasado obtuvo la mayor votación de la izquierda en su historia--, pero sobre todo a mexicanos que ingenuamente pensaron que eran de convicciones robustas. Y en efecto, tal como ocurrió en el proceso para integrar el Congreso Nacional, Nueva Izquierda --la "izquierda moderna", según la derecha "moderna"-- podrá obtener otro triunfo quedándose con el PRD, pero no será el de la voluntad ciudadana, el único que da legitimidad, sino el puro cascarón.

Comentarios: delgado@proceso.com.mx