sábado, 26 de diciembre de 2009

Video: Asociación de Padres y Familares de las Víctimas de Sucumbíos.

Lectura del documento de la Asociación durante el homenaje a los Héroes Internacionalistas Bolivarianos incluyendo Verónica Velázquez, Soren Aviles, Fernando Franco y Juan González durante la inauguración del Congreso Constitutivo del Movimiento Continental Bolivariano.







Fuente: Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos
Difusión: Soberanía Popular

Presentó el SME recurso de impugnación contra sentencia de la juez federal Coutiño


El alegato contra la extinción de LFC podría extenderse durante 2010: Carlos de Buen

JOSÉ ANTONIO ROMÁN Y PATRICIA MUÑOZ

Periódico La Jornada
Sábado 26 de diciembre de 2009, p. 11

El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) presentó el jueves al mediodía el recurso de impugnación por la sentencia de la juez federal Guillermina Coutiño Mata, quien negó a los trabajadores el amparo contra el decreto presidencial que ordenó la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC).

Carlos de Buen, integrante del equipo de abogados defensores de los electricistas, señaló que el recurso de revisión se presentará ante el juzgado primero de distrito, y probablemente sea turnada al cuarto Tribunal Colegiado de Circuito, en un alegato que se prolongará durante 2010.

El pasado 11 de diciembre, la juez federal Guillermina Coutiño negó a los trabajadores el amparo solicitado contra dicho decreto de extinción de LFC, y desde entonces los quejosos contaban legalmente con diez días hábiles para impugnar dicha resolución, por lo que la defensa cumplió satisfactoriamente con el plazo.

El equipo de defensores del sindicato, quien continúa en la lucha contra la extinción de la empresa y la recuperación de sus fuentes de empleo, ha señalado que se recurrirá hasta las últimas instancias, por lo que seguramente el litigio terminará resolviéndose en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Sin embargo, para ello se deberán agotar todas las instancias previas, como el recurso de revisión ante un tribunal colegiado.

Finiquitos, de uno por uno

Por otra parte, el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano, dijo que los trabajadores del SME que no se liquidaron , a partir de enero de 2010tendrán que acudir de uno por uno ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje a reclamar su finiquito.

En pants y despreocupado, y abordado por la prensa afuera de su domicilio particular, Lozano apuntó que el gobierno federal no tiene contemplado, por el momento, abrir un tercer periodo de liquidaciones. Ahora, el asunto de las finiquitos se tendrá que resolver en la Junta y ahí tendrán que acudir los trabajadores, según dijo.

El miércoles 23, hasta el domicilio de Lozano llegaron los trabajadores del SME a realizar una posada-protesta, en demanda de su reinstalación y que de inmediato se les pague el aguinaldo proporcional de este año, así como su fondo de ahorro y advirtieron que al día siguiente regresarían. Sin embargo, no llegaron.

Ante esto, el funcionario panista consideró que este tipo de accionesrebasan la racionalidad de lo que debería ser la expresión pública y las manifestaciones, e insistió que el pago de las prestaciones solicitadas no se otorgará hasta que se liquiden.

Vamos por la huelga nacional: Amezcua

En otra orden de ideas, el SME irá en enero por la huelga nacional y otras acciones conjuntas con toda la base de organizaciones inconformes con la política anti laboral del presidente Felipe Calderón, señaló en conferencia de prensa el secretario del exterior de esta organización, Fernando Amézcua.

Sostuvo que si el gobierno federal considera que la lucha del SME ya acabó “está muy, pero muy equivocado, pues apenas está empezando, y en esta nueva fase a partir de 2010 ya no serán sólo acciones de los no liquidados, sino de múltiples organizaciones sindicales, campesinas, estudiantiles y sociales que acompañan al sindicato.

Amézcua planteó que otras de las acciones a emprender el próximo año es la realización de un nuevo congreso social constituyente y la revocación del mandato de Calderón.

Fuente: La Jornada
Difusión: AMLO TV

En México: Peña Nieto, el hijo de Televisa/empresarios contra López Obrador “un peligro” para el sistema


Pedro Echeverría V.

1. Dos personajes muy adelantados en plena campaña presidencial. Son al parecer radicalmente diferentes. Enrique Peña Nieto es el gobernador del Estado más rico y fuerte de la República, heredero del poderoso grupo económico y político Atlacomulco, él mismo poseedor de una enorme riqueza y, lo más importante, el candidato de los grandes empresarios y de los medios de información encabezados por Televisa. Andrés Manuel López Obrador, excandidato presidencial despojado de la Presidencia en 2006, personaje que le ha dado tres vueltas (haciendo mítines) a todos los municipios del país y, lo principal, odiado por los grandes empresarios, por el gobierno ilegítimo de Calderón y por todos los políticos derechistas del PAN, del PRI y otros partidos. EPN será el candidato del PRI y de panistas y AMLO el de los partidos de centroizquierda.

2. Peña Nieto es nombrado en positivo en los medios de información (televisión, radio, revistas, prensa) no menos de 100 veces al día porque, además de destinar enormes cantidades de dinero en publicidad, los empresarios y los medios tienen la convicción de que, con él en la Presidencia, ganarían enormes cantidades de dinero en sus negocios. Por ese motivo Peña Nieto cuenta especialmente con un reportero de cada medio en cada una de las actividades que realiza. López Obrador es absolutamente silenciado y, las veces que se la hablado de él en los medios ha sido para calumniarlo. Así que, si AMLO cifra sus esperanzas en hacer una campaña que no enoje a los medios, a los empresarios y al clero, fracasará mil veces. Ahora sí deberá decidirse a una campaña radical contra el sistema encabezando el descontento de los trabajadores.

3. El gobernador del Estado de México está perfectamente colocado como el candidato de los grandes empresarios. Será el candidato de Salinas, de Zedillo, de Fox y de Calderón frente a un López Obrador dispuesto a hacer una campaña popular que busque cambiar de manera real las terribles condiciones en México. Ahora sí, si no se quiere hacer un simple juego al sistema, la campaña política debería basarse en la lucha de clases que demuestre que este país es extremadamente injusto porque los ricos han impuesto siempre a sus presidentes y los pobres siempre han sido los explotados y oprimidos. AMLO debería comprometerse en convocar a un nuevo constituyente para construir una nueva Constitución que entierre para siempre la sagrada propiedad privada, el derecho de herencia y avale la distribución equitativa de la riqueza.

4. El candidato del PAN, como Fox y Calderón, será un nuevo papanatas; pero esta vez no será para ganar sino que sólo servirá para armonizar la batalla contra las políticas radicalizadas de López Obrador. ¿O nuevamente se podrá pensar tontamente en hacer concesiones al panismo para derrotar a Peña Nieto? López Obrador no será tres veces candidato como lo fue Cárdenas, así que será 2012 o nunca. La realidad es que no veo a nadie frente a esos dos candidatos que ya están muy avanzados: ni Beltrones ni Paredes podrán con el mexiquense ni tampoco Ebrard o los “chuchos” podrán hacer nada para tener mayor presencia que AMLO. Las campañas continúan de manera abierta y ya nadie las podrá frenar. Nieto ha construido cientos de redes entre el empresariado y Obrador ha organizado miles de comités en ciudades y pueblos. Veremos qué funciona.

5. López Obrador mantuvo un buen comportamiento en su lucha contra el desafuero al negarse a las legalidades del amparo y demás intervenciones institucionales; estuvo bien cuando declaró que su campaña sería a “ras de tierra” y que no gastaría dinero en los medios; me encantó que se negara a asistir a la reuniones de las organizaciones empresariales; eso lo convirtió en un candidato distinto. Pero luego se dejó vencer por los chantajes televisivos que lo calificaban (insultándolo) como populista, socialista y lo comparaban con Hugo Chávez; en vez de responder que la lucha socialista busca la igualdad, que Chávez mantiene un gobierno que ha sido ratificado por el pueblo en 10 ocasiones y que sus reformas son odiadas por la burguesía y el imperialismo, López Obrador prefirió callar o negar su parecido con gobiernos antiimperialistas.

6. Aunque luego me río, me burlo y combato los procesos electorales -porque desde hace 50 años he tenido la convicción de que sólo el movimiento de masas en las calles, en las fábricas y los campos podrá cambiar radicalmente este país- no dejo de observar y reflexionar acerca de estas formas de lucha porque algunas veces se presentan interesantes como ahora. Ahora sí me encantaría ver a la derecha radical y a la centro izquierda e izquierda en una campaña de real confrontación. A un tipo como Nieto apareciendo todos los días en la televisión en reuniones empresariales y a otro personaje como Obrador con miles de grupos encabezando gigantescas marchas de campesinos, obreros, colonos y ciudadanos exigiéndole al gobierno justicia e igualdad. Que no se pueda decir que los candidatos son iguales porque uno será de los ricos y otro de los pobres.

7. Ya sabemos que son elecciones burguesas con reglas burguesas con el compromiso de mantener en este país la explotación, la opresión, la acumulación de riquezas en una cuantas familias y la miseria entre el 80 por ciento de la población. Ya sabemos que los candidatos juran ser parte del juego capitalista, que muchos tienen que visitar al presidente yanqui para que le de el visto bueno y al clero para la bendición. Pero parece que López Obrador ya no tiene otra salida: O es candidato de los trabajadores o simplemente quiere ser derrotado por el candidato de los ricos. Ya no tiene márgenes de coquetear con el clero, con los empresarios y con los medios. Ahora tendrá que ser un candidato de izquierda que esté junto al pueblo, tal como lo ha dicho una cantidad de veces. Peña Nieto también será un candidato definido indiscutiblemente por el capital y el gobierno de los EEUU.

Fuente: Correo electrónico
Difusión: AMLO TV

Discordia climática: de la esperanza al fracaso en Copenhague


Por Amy Goodman

Publicado el 24 de diciembre del 2009

Barack Obama dijo minutos antes de retirarse rápidamente de la cumbre de la ONU sobre el cambio climático: “Las negociaciones que tuvieron lugar hoy aquí no nos comprometen legalmente a nada”. Esta fue una de las declaraciones que realizó ante su pequeño equipo de prensa de la Casa Blanca, excluyendo a los 3.500 periodistas acreditados que cubrían las negociaciones, y sucedió a última hora del 18 de diciembre, el último día de la cumbre, cuando se informó que las negociaciones habían fracasado. Copenhague, que había sido renombrada en los carteles publicitarios de Coca-Cola y Siemens como “Ciudad de la esperanza” (Hopenhagen, en inglés) por las negociaciones que estaban teniendo lugar allí, se parecía más a la ciudad del fracaso.

Cuando ingresé esa mañana al Bella Center, la sede de la cumbre, había algunas decenas de personas sentadas en la fría explanada de piedra detrás del vallado policial. Durante la cumbre, la gente se aborrataba en esta área con la esperanza de obtener acreditaciones para ingresar. Miles de organizaciones no gubernamentales y trabajadores de prensa esperaban durante horas en el frío, sólo para que luego les fuera denegado el permiso. Los últimos días de la cumbre el área estaba fría y vacía.

A la mayoría de los grupos les habían quitado las acreditaciones para que la cumbre pudiera cumplir con las necesidades de seguridad y espacio que requerían los jefes de Estado que habían arribado a la ciudad, afirmó la ONU. Las personas que estaban sentadas en el frío esta mañana se encontraban realizando una protesta bastante sombría: se estaban afeitando la cabeza. Una mujer me dijo “Me estoy afeitando la cabeza para mostrar lo afectada que estoy por lo que está sucediendo allí adentro, porque no está sucediendo nada, o no lo suficiente. Hay seis mil millones de personas afuera, y ahí dentro no parecen estar hablando de ellas. Creo que habrá un resultado pero no será suficiente, no es lo que se debe hacer”. Llevaba una pancarta blanca, con apenas dos comillas, pero sin palabras. “¿Qué dice el cartel?”, le pregunté. Ella tenía lágrimas en los ojos: “No dice nada porque ya no sé qué decir”.

Según se informó, Obama se enteró el viernes de una reunión que se estaba realizando entre los jefes de Estado de China, India, Brasil y Sudáfrica, e irrumpió en la sala, llevando al grupo a lograr un consenso sobre el llamado “Acuerdo de Copenhague”. Ciento noventa y tres países estuvieron representados en la cumbre, en su mayoría por sus jefes de Estado. Obama y su pequeño grupo pasaron por alto el procedimiento colectivo de la ONU, lo que tuvo como consecuencia un documento no vinculante, que fue presentado bajo la premisa “tómalo o déjalo”.

El acuerdo al menos reconoce que los países “concuerdan en que, como lo indican las investigaciones científicas, debe haber una profunda reducción de las emisiones globales… para poder mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de los dos grados celsius”. Para algunos, tras ocho años de gobierno del Presidente George W. Bush, el solo hecho de tener a un Presidente estadounidense que tome a la ciencia como base para la implemantción de políticas públicas puede ser considerado una gran victoria. El acuerdo promete “movilizar conjuntamente 100.000 millones de dólares al año para 2020” con el propósito de ayudar a los países en desarrollo. Esto es menos de lo que muchos dicen que es necesario para resolver el problema de adaptación al cambio climático y construir economías ecológicas en los países emergentes y, además, es una meta no vinculante. La Secretaria de Estado Hillary Clinton se negó a especificar la parte que le correspondía aportar a Estados Unidos, solamente dijo que si los países no lograban un acuerdo, la propuesta ya no estaría en la mesa de negociaciones.

El respetado climatólogo James Hansen me dijo: “Los países ricos están intentando, básicamente, comprar a estos países que, en efecto, desaparecerán. No tiene sentido. Y el peligro es que estos países ni siquiera vean este dinero, es por eso que Estados Unidos se ofreció a promover 100.000 millones de dólares al año, que es dinero imaginario porque no creo que eso vaya a suceder. La parte que le corresponde a Estados Unidos de eso, en base a nuestra contribución a la acumulación de carbono en la atmósfera, [la parte que le correspondería aportar] sería del 27 por ciento, 27.000 millones de dólares al año. ¿Ud. Cree que el Congreso va a votar a favor de entregarle 27.000 millones de dólares al año a estos países pobres? Eso no va a suceder».

Le pregunté al Presidente de Bolivia, Evo Morales, cuál es la solución que él propone. El Presidente Morales recomienda “que mejor pueden destinar todo el gasto de la guerra. Estados Unidos en vez de estar gastando en las tropas en Irak, en Afganistán o en las bases militares en Latinoamérica, esa plata debería ir para resarcir los daños causados por Estados Unidos. Eso por supuesto no son 100.000 millones de dólares, por lo menos deben ser trillones y trillones de dólares. ¿Cómo vamos a gastar plata para matar y no para salvar vidas?» Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, los 15 países que tienen los presupuestos militares más altos del mundo gastaron en 2008 alrededor de 1,2 billones de dólares en sus fuerzas armadas.

Erich Pica, presidente de Amigos de la Tierra Estados Unidos, una de las principales ONGs a las que les quitaron sus acreditaciones, criticó el resultado de las negociaciones de Copenhague. Escribió: “Estados Unidos forzó un acuerdo muy débil que fue negociado a puertas cerradas. El llamado ‘Acuerdo de Copenhague’ está repleto de promesas vacías”. Pero también aplaudió a los “ciudadanos preocupados que marcharon, realizaron vigilias y enviaron mensajes a sus líderes, que ayudaron a generar un impulso imparable en el movimiento por la justicia climática”.

Muchos sienten que la alteración de Obama del proceso de negociaciones que se estaba desarrollando en Copenhague puede haber hecho fracasar fatalmente 20 años de negociaciones sobre el clima. Sin embargo, Pica tiene razón. La cumbre sobre cambio climático de Copenhague no logró alcanzar un acuerdo justo, ambicioso y vinculante, pero inspiró a una nueva generación de activistas a sumarse a lo que se reveló como un movimiento mundial por la justicia climática maduro y sólido.

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Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.

© 2009 Amy Goodman

Texto en inglés traducido por Mercedes Camps y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Fuente: Democracy Now
Difusión: Soberanía Popular