jueves, 22 de agosto de 2013

Bardeado de vías, intolerancia y represión hacia migrantes, acusan


ROXANA AGUIRRE

Tierra Blanca, lugar conocido por el infierno que los migrantes pueden llegar a vivir durante su tránsito hacia el sueño americano, se ha convertido en un sitio pacífico donde pueden transitar en paz, de acuerdo con el alcalde de ese municipio, Tito Delfín Cano.

“Es un tema que no podría decir que no hay conflicto, pero la parte de la Policía Municipal estamos sin problemas, en los tres años ha sido mínimo el tema”, comentó.

El alcalde aseguró que al inicio de la administración cuando los visitó el padre Solalinde hubo cursos de concientización para la población y autoridades.

Rubén Figueroa, activista miembro del Movimiento Migrante Mesoamericano, aseguró que hay dos lecturas de la situación retratada por el alcalde: la omisión o la complicidad, pues el hecho de que no sea un policía el que agreda un migrante no quiere decir que no haya delitos, pues tampoco hacen nada por ellos.

Añadió que de acuerdo a la información que tienen sobre Tierra Blanca, este territorio continúa siendo un centro de operaciones donde existe el cobro de cuota y secuestro junto con otras zonas como Orizaba y Coatzacoalcos, que forman los puntos críticos en la ruta migratoria, situación documentada por la CNDH y las organizaciones defensoras.

“En el reciente informe que hicimos se dictaminó que Tierra Blanca es un foco rojo, nos siguen llegando reportes de que ahí está controlado por bandas delincuenciales, más que todo es por el crimen organizado que opera en esa zona (…), luego dicen que son centroamericanos, pero no es así”, aseguró.

Delfín Cano reconoció que sí hay cierto descontento por las bardas que está construyendo Ferrosur para proteger las vías, sin embargo se sigue tratando la situación.

Al respecto, Figueroa aseguró que esta obra es peligrosa, pues Ferrosur, en el afán de no permitir a los migrantes abordar el tren cuando está estacionado, prácticamente los obligan a hacerlo cuando va encarrerado.

“Bardear la zona es sinónimo de intolerancia y represión porque es su medio de transporte no oficial, hemos visto casos como en Lechería, en el Estado de México y en Tlaxcala donde han puesto bardas y ellos toman el tren cuando va a una velocidad fuerte y sufren accidentes que terminan en mutilaciones y muerte”, comentó.

El activista indicó que esta medida sólo aumentará el número de migrantes muertos o mutilados, por lo que invitó a las autoridades a “subirse al lomo de la bestia” para entender la situación real.

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