jueves, 15 de agosto de 2013

La avariciosa iniciativa privada (mexicana/extranjera)


Fernando A. Sesma Villalpando

Con todo y gozar de diversas prerrogativas, otorgadas por las complacientes potestades del “nuevo” PRI a los oligarcas nacionales y extranjeros (disminución en los pagos de impuestos; contratos con el gobiernos para obtener enormes beneficios; facilidades en trámites arancelarios; fusiones ventajosas; contratos amañados en contra de los trabajadores, despidos rápidos, ausencia de prestaciones, devolución de impuestos), lo importante para los ricos oligarcas ha sido continuar obteniendo gigantescas ganancias.

Estos poderosos barones del dinero siguen lucrando con la miseria del pueblo mexicano, en complicidad con la clase política, para arremeter contra la clase trabajadora. Así, en los primeros seis meses del año en curso, los dividendos obtenidos por las capitalistas nacionales y extranjeros, son una ofensa para los trabajadores mexicanos que obtienen míseros salarios. Entre las empresas favorecidas por el poder político, destacan: Peñoles/Altos Hornos; Wal Mart/Chedraui/Comercial Mexicana/Soriana; Televisa/T.V. Azteca; Bimbo, Bachoco; Grupo Carso. Todas ellas obtuvieron, en los primeros seis meses del año, ganancias por 130 mil 500 millones de pesos.

El costo social ha sido alto: el despido de 68 mil 497 trabajadores. ¿Y las autoridades mexicanas, autoproclamadas fieles defensoras del empleo? ¿No que desean combatir la desocupación que devasta a la clase trabajadora? El colmo es que, cinismo rampante, se dan el lujo de anunciar, casi de manera festiva, la pérdida de empleos, como ocurre en Puebla, donde la VW ha “prometido” despedir a sólo mil 300 trabajadores, eso sí eventuales por los que nadie, y menos el sindicato, moverá un dedo.

Lamentablemente, la economía mexicana –capitalista y neoliberal– no presenta signos alentadores, las remesas continúan a la baja; el PIB crece poco y lentamente, la producción industrial no muestra señales de mejorar; la violencia en diversas zonas del país continúa y hay zonas de franca ingobernabilidad, la violencia se hace cotidiana ocasionando que el turismo extranjero, pese a los discursos oficiales, se sigue alejando de los destinos turísticos del país; con todos estos resultados, el “nuevo” PRI insiste en despojar a la nación de los últimos recursos que le quedan, argumentado que “México se encuentra ante una oportunidad histórica” (Peña Nieto dixit).

De acuerdo con lo expuesto el lunes 12 de agosto, el atraco está en marcha. El secretario de Energía y el que despacha en Los Pinos, anunciaron la reforma energética, basada en un diagnostico catastrófico del Instituto Mexicano Competitividad (IMCO) sobre Pemex/C.F.E. Retomaron para apuntalar su discurso, antiguas promesas neoliberales: “Las familias mexicanas podrán sentir en sus bolsillos la recuperación”; “Las empresas serán más competitivas”; “Los salarios mejoraran”; “se bajará el costo de la luz y el gas”; “el campo saldrá beneficiado”; “mejorará la calidad de vida”. En fin, nos bajan el cielo y las estrellas. ¿Hace cuántos años escuchamos estas mismas promesas? Todos los presidentes, desde el nefasto Carlos Salinas hasta Calderón, pasando por Zedillo y Fox, han hecho esas promesas que han ocultado, a medias, su incompetencia y voraz apetito de riqueza.

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