martes, 24 de septiembre de 2013

‘‘Dígase lo que se diga’’, la iniciativa de Peña es privatizadora: Cárdenas


Víctor Ballinas

Al abrir ayer con su participación los foros de debate en torno a las reformas en materia energética, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas sostuvo en el Senado que la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto, que reforma los artículos 27 y 28 de la Constitución, es privatizadora, ‘‘dígase lo que se diga’’.

El ex candidato presidencial y fundador del PRD advirtió que la reforma del Ejecutivo desplaza a Pemex de toda la cadena productiva del petróleo, sustituyendo a este organismo –al que hasta ahora el Estado le ha encomendado de manera exclusiva la conducción de la industria petrolera– por particulares.

Cárdenas Solórzano denunció ante diputados y senadores de PRI, PAN, PRD, PT y PVEM: ‘‘Estamos ante la gravísima perspectiva de que las compañías expropiadas en 1938, ahora con otros nombres, vuelvan a ser las que decidan cómo se manejan y sean las principales beneficiarias de la explotación de los yacimientos de hidrocarburos’’.

Propaganda ‘‘falaz’’

Indicó que el alud propagandístico del gobierno se ha centrado en la reforma al artículo 27, pero nada se ha mencionado de las consecuencias de modificar el 28, ‘‘lo que no puede calificarse sino de falaz, pues se oculta a la opinión pública información vital para formarse un juicio informado’’.

Modificar ese artículo, dijo Cárdenas, ‘‘cancelaría la condición de áreas estratégicas a los hidrocarburos y a la electricidad (ni siquiera alcanzan en la iniciativa del Ejecutivo la calidad de prioritarias), abriendo la posibilidad de que el Estado fuera totalmente desplazado de los sectores petrolero y eléctrico e incluso estaría autorizado para deshacerse de todos los activos de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)’’.

En su exposición, precisó: ‘‘Al no ser ya estratégicos los sectores de los hidrocarburos y de la electricidad, los órganos que hoy los manejan, Pemex y CFE, podrán –de acuerdo con la Constitución modificada– dejar de ser propiedad gubernamental y todo lo que poseen podría ser vendido, privatizado’’.

Aunado a ello, abundó, ‘‘el Estado perdería la exclusividad en el manejo de las áreas estratégicas de la industria petrolera, desde la exploración y la explotación de los yacimientos (y consecuentemente el manejo y cuidado de todas las reservas), hasta la transformación industrial de recursos en la refinación y petroquímica, así como en los servicios complementarios de almacenamiento y transporte. Lo mismo sucederá en la industria eléctrica’’.

Otra consecuencia muy grave de cancelar la condición de estratégicos a los sectores petrolero y eléctrico sería que quedarían sujetos a las estipulaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, precisó.

Cárdenas aseveró que la propuesta ‘‘progresista –la que impulsa él junto con el PRD– no es desde ningún punto de vista un planteamiento que desconozca el papel de la inversión privada en el desarrollo del país y en particular en el de la industria petrolera’’.

En ese punto, subrayó, ‘‘debe plantearse una política en la que la inversión privada participe intensamente en la producción de insumos de la industria petrolera, dando prioridad racional a los contenidos nacionales en las adquisiciones y contratos del sector energético estatal y, por otro lado, deben fomentarse las industrias que utilicen productos de Pemex, principalmente en la prolongación de la cadena productiva’’.

La senadora del Partido Revolucionario Institucional Graciela Ortiz le preguntó si México debe quedarse solo ante el mundo, pues ninguna nación tiene un marco regulatorio tan cerrado en materia energética, y cuáles son las razones para oponerse a la reforma que plantea Peña Nieto.

Cárdenas le respondió: ‘‘Si fuera necesario un cambio constitucional para que Pemex se asocie, propónganlo; esto no lo he consultado con mis compañeros de partido, pero la modificación propuesta por el Ejecutivo no abre esa posibilidad, sino que desplaza al Estado totalmente del sector petrolero y eléctrico’’.

Primer día de trabajos

Ayer, en los trabajos del foro participaron los especialistas Jaime Zabludovsky, Mario Gabriel Gudebo y Luis de la Calle, quienes señalaron que México tiene cuatro retos: seguir siendo un jugador relevante de mercados internacionales, garantizar su autonomía energética, maximizar el valor de los hidrocarburos y pasar de un sector energético a un mercado de energía que permita explotación y crecimiento exponencial de la industria.

También participaron Juan Pablo Castañón, presidente de Coparmex; Miguel Benedetto, de la Asociación Nacional de Industriales Químicos, y Juan Pardinas, director general del Instituto Mexicano para la Competitividad, entre otros, quienes se manifestaron en favor de que se reformen los artículos 27 y 28 constitucionales, como propone el Ejecutivo federal.

Al concluir el foro, que se reiniciará el jueves 26, el coordinador de los senadores del PT, Manuel Bartlett, manifestó en entrevista: ‘‘La conclusión es muy simple: la promesa de apertura para escuchar todas las voces resultó falsa’’.

Quienes asistieron ‘‘son personas al servicio de Estados Unidos. Ellos están en favor de la integración de México a la economía de ese país, están trabajando desde la negociación del Tratado de Libre Comercio y la reforma de 2008 para la seguridad energética de esa nación’’.

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