jueves, 20 de febrero de 2014

Solicita compañero de celda de Alberto Patishtán que gobernador revise su caso


NORMA TRUJILLO BÁEZ


A ALEJANDRO DÍAZ SANTÍS LO DEFIENDE EL CENTRO DE DERECHOS HUMANOS FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS ¦ FOTO ESPECIAL

Desde el Cereso número 5 de San Cristóbal de las Casas, Alejandro Díaz Santís, quien fue recluido en Veracruz en 1999, pide al gobernador de Veracruz, Javier Duarte, que intervenga para que lo liberen, “que me hagan justicia porque en mi expediente hay muchas irregularidades y violaciones a los derechos humanos, no tuve traductor, no hice lo que dicen, no entiendo mucho como hablan ustedes, hablo tzotzil, pero aprendí el castilla por Alberto Patishtán”.

A distancia, por teléfono, Alejandro recuerda que él fue encarcelado por instrucción del juez 5° de primera instancia en Veracruz, así inició su condena bajo el expediente 162/99 y en un atropellado español que ha aprendido durante en los 15 años que lleva en prisión, narra: “fui Veracruz, trabajar porque pensé que allá iba a estar bien, vendía dulces con mi esposa y tenía un bebecito de año y medio, vivían en una casa que de la puerta había escalones, era de muchas piedras y el bebecito se cayó, se pegó y murió, llegó la policía y no entendí que decían y ahí estaba un primo también y le empezó la policía a preguntar '¿Qué pasó?', lo policías le dijeron acusa a tu primo, pero tampoco sabía qué le decían y con la cabeza dijo 'sí'”.

Llegó de Tzoeptic, Mitontic, Chiapas, pero desde hace 15 años está encarcelado, primero en el reclusorio Allende, después enviado a Perote, pero ante la injusticia el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas AC (CDHFBC) solicitó su traslado al estado de Chiapas para poder llevar su defensa y pudiera estar con sus familiares. Allí conoció a Alberto Patishtán Gómez, quien fue su compañero de celda y quien recibió un indulto presidencial en octubre de 2013.

Alejandro Díaz Santís, después de una solicitud que hiciera el CDHFBC para que fuese trasladado a su estado, hoy se encuentra en el Cereso 5 y formó parte del grupo de indígenas que se encuentran recluidos en penales de Chiapas y pertenecientes a las organizaciones de la Voz del Amate, Solidarios de la Voz del Amate y Voces inocentes, se declararon en huelga de hambre y ayuno, en septiembre pasado, pero que su caso ha alcanzado dimensiones internacionales.

Se ha integrado a las organizaciones Voz del Amate, Solidarios de la Voz del Amate y Voces inocentes, Alejandro señaló que las autoridades veracruzanas no le tomaron declaración en su lengua original y no habla el español y así lo sentenciaron a 30 años de presión por el delito de homicidio y violación de su bebé, pero ante la promoción de un amparo, le redujeron cuatro meses y su sentencia es de 29 años seis meses.

El indígena tzotzil dijo que “Patishtán me decía, 'tienes que hablar más castilla, para poderte defender, no ves que saber puro tzotzil hace más difícil que te escuchen'. Y sí, aprendí el idioma y más. Ahora sé cómo apoyar a los compañeros presos para que les respeten sus derechos humanos y yo pido al gobernador de Veracruz y al presidente de México que revisen mi caso, que yo no hice nada solo que no sabía defenderme ni hablar castilla y no tuve traductor”.

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